El alcalde de Nueva York,
Michael Bloomberg, ha organizado los actos con meticuloso cuidado para no molestar a los
familiares de los más de 2,800 fallecidos en el atentado y, al mismo tiempo, marcar el
hito con la dignidad y el respeto que merece. "Personalmente tomé la decisión de que el acontecimiento no se transforme en un evento político", reconoció Bloomberg esta semana ante la prensa internacional. En la conmemoración se recurrirá a discursos y referencias históricas y a leer sencillamente la lista de fallecidos. |
Quizá por eso, el presidente de EEUU, George W. Bush, no
estará presente en Manhattan en los actos de la mañana que coincidirán con los minutos
exactos en los que los dos aviones secuestrados por los terroristas se estrellaron contra
las Torres Gemelas.
Bush presidirá, por su parte, ceremonias paralelas en la Casa Blanca y el Pentágono. El
presidente estadounidense, sin embargo, sí participará en otra ceremonia que tendrá
lugar por la tarde en la "zona cero" y, posteriormente, por la noche, se
dirigirá desde Nueva York a toda la nación en un discurso que está previsto sea
transmitido por las cadenas de televisión.
No será una jornada festiva en Nueva York y estarán
abiertos los colegios, bancos y oficinas, aunque claramente no será un día ordinario
para ningún neoyorquino.
El alcalde señaló que miles de personas le han enviado sugerencias sobre cómo realizar
la conmemoración y decidió tomar en consideración con exquisita sensibilidad aquellas
que fueron remitidas por los familiares de las víctimas para no herirles.