Austria

Su territorio fue invadido por celtas y romanos. Carlomagno la anexionó a su imperio en 803. Los húngaros la invadieron en 906, pero fue reconquistada por Otón I el Grande.

Fue transformada en Ducado y patrimonio de los Habsburgo. Su mayor expansión se produjo a partir de Maximiliano I. Fue escenario de las guerras napoleónicas; su capital fue la sede del congreso de Viena y recobró su primer puesto entre los Estados del Continente formando una doble monarquía con Hungría. A consecuencia de la desastrosa guerra que mantuvo con Prusia fue expulsada de la Confederación Germánica y hubo de abandonar toda intervención en los asuntos de Alemania.

El asesinato del príncipe heredero en Sarajevo provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial, de la cual salió vencida, al desmembrarse el imperio austro-húngaro, quedó reducida a sus propios límites. Se transformó en República el noviembre de 1918. El advenimiento del nazismo alemán perturbó otra vez su paz. Hitler declaró la unión de Austria con Alemania y su destino quedó ligado al del Tercer Reich. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, vencida, vio su territorio ocupado durante varios años por los aliados.

En el Tratado de Viena, recuperó su plena soberanía. Se transformó nuevamente en República Federal, forma de gobierno que persiste actualmente.